viernes, 26 de noviembre de 2021

Apuntes Presocráticos

 Ya visto los inicios milenarios de la filosofía a nivel global, nos adentramos en la Antigua Grecia, concretamente en el S.VII a. C. Tales de Mileto, gran naturalista, es considerado oficialmente por los occidentales como el primer filósofo de la historia. Con él, se inicia la filosofía presocrática en la Antigua Grecia. Pero, antes de este, ¿Cómo era el pensamiento?

Antes de Tales, la base de la cosmología era el conocimiento mitológico, el cual recurría a personajes fantásticos y de gran poder, como Zeus o Hércules. Todos estos dioses y semidioses eran figuras legendarias idealizadas, cada uno con su propia historia fantástica, la cual explicaba todo los fenómenos naturales, como las estaciones, que era Hades raptando a Perséfone, los truenos de las tormentas, los rayos de Zeus arrojados desde el monte Olimpo. Cabe destacar la figura del poeta Hesíodo, quien por medio de su Teogonía, dio un origen a todos los dioses griegos.

Con la aparición de Tales, comienza la decadencia de la mitología y el paso del mito al logos en la cultura Occidental, pues Tales, aunque de forma muy rudimentaria, deja de depender de explicaciones fantásticas y mitológicas para explicar su entorno, influenciado posteriormente a los monistas Anaximandro y Anaxímenes. Pero, ¿Por qué se interesaban estos primeros filósofos en tales cuestiones, cuales eran sus principales inquietudes? Bueno, para estos pensadores, lo principal es la cosmología, es decir, el estudio de la naturaleza y la realidad de por sí misma, coincidiendo todos estos en la existencia de un único elemento primordial, el Arké. 

Para Tales era el agua, ya que todos los seres vivos están compuestos principalmente por agua, llegando afirmar que la Tierra es un disco de superficie rodeado por un gigantesco mar de agua. Mientras que para su discípulo, Anaximandro, es lo indeterminado, el ápeiron, dando una notable base para la filosofía de Heráclito. Para Anaxímenes era el aire, pues todos los seres necesitaban de este para  vivir. Por otra parte, nos encontramos con dos pensadores de una importancia grandísima, pues estos suponen el inicio de dos corrientes de pensamiento contrapuestas entre sí a lo lardo de toda la historia: El racionalismo de Parménides y el empirismo de Heráclito. Empecemos por Heráclito.

Heráclito era un pensador griego originario de Éfeso, el cual por determinadas cuestione histórica, se le conoce como Heráclito el Oscuro. Este pensador se preocupa por el devenir, el cambio del entorno y de uno mismo, el fluir eterno del universo en constante cambio, similar aun fuego que se enciende y se apaga cíclicamente. Para este pensador, una persona que se baña en un río, cuando sale del río, ya no es la misma persona, y además, el río también deja de ser el mismo río.

Por otro lado, tenemos a Parménides, el cual es originario de Elea. Se pone totalmente a la doctrina de Heráclito, llegando a afirmar que todo cambio registrado por nuestros sentidos es falso y lo que "es" es y lo que ''no es'' no es, así que cualquier cambio es algo imposible, siendo cualquier cambio una manifestación del auténtico ser. La figura de Parménides es muy curiosa e inquietante, no solo por la doctrina que presenta ni como la plasma en forma de poemas, sino su procedencia. Según Parménides, su gran secreto se le fue revelado por una hermosa diosa, la cual le dio las claves para comprender al ser y al cambio. Al afirmar la esencia del Ser como lo que es (siguiendo las palabras de Heidegger), Parménides inicia la metafísica occidental, siendo su doctrina la base fundamental de grandes sistemas metafísicos posteriores como el platonismo, la metafísica aristotélica o el idealismo hegeliano. 

Visto ya a los monistas, debemos pararnos a analizar a una escuela y secta filosófica muy particular, que influyeron muchísimo en la cultura clásica, la filosofía y la ciencia en general, los pitagóricos. Pitágoras de Samos (más común mente conocido por tu famoso teorema) fue el fundador de esta escuela, estableciendo sus pilares tanto en lo religioso, lo moral y lo político, teniendo como objetivo la purificación del alma. Pitágoras introduce en la filosofía presocrática dos nuevos conceptos, por un lado la transmigración del alma y el dualismo antropológico (el cual será muy importante en la filosofía platónica) y la búsqueda del arké en la estructura del universo. Para Pitágoras, el principio universal son los números.

Por un lado, la concepción matemática del universo en el pensamiento pitagórico es de suma importancia, pues da una base racional y mecanicista a todo el cosmos, abriendo la puertas a múltiples ciencias como las matemáticas o la física, la cual, a partir de principios determinados expresados en un lenguaje matemático, el ser humano es capaz de comprender y explicar de forma racional los fenómenos físicos que se dan en el propio universo. Así pues, su famoso teorema, sigue siendo muy útil en múltiples disciplinas como la trigonometría, la física clásica, la ingeniería o arquitectura. Además, los pitagóricos fueron de los primeros en explicar la forma esférica de la tierra y predicción de eclipses de forma precisa. 

 La antropología dualista de los pitagóricos supone un punto de inflexión en la concepción del ser humano, pues esta establece que este está compuesto por dos sustancias de naturalezas opuestas. Por una lado, un cuerpo material y mortal, el cual es imperfecto y finito, pues la muerte supone su destrucción, mientras que por otro lado, encontramos una sustancia eterna, perfecta e inmortal, el alma, la cual sobrevive a la muerte, pues esta transmigra hacia otro cuerpo, ya sea orgánico o inorgánico (muy parecido al concepto de reencarnación presente en el hinduismo o el budismo). Esta concepción del ser humano seguirá muy vigente en la filosofía posterior, ya sea en el pensamiento platónico, en el neoplatonismo de Plotino, en la filosofía agustiniana o en dualismo cartesiano. A  su vez, los pitagóricos hacen especial atención en la música: "Pues la música es para el alma lo que la gimnasia es para el cuerpo" Platón. 

Ya visto a los pitagóricos y su visión del mundo protoplatónica tan influyente en toda la filosofía occidental, nos adentramos con los pluralistas, una serie de pensadores naturalistas que rechazaban la idea de Arké o sustancia primera, y ampliaban más allá de la concepción monista del cosmos de filósofos como Tales de Mileto o Anaximandro. En este grupo heterogéneo, recomiendo la lectura de la Metafísica de Aristóteles, donde expone con total precisión todo el pensamiento de estos personajes.

En dicho grupo, podemos destacar la figura de Empédocles en un primer lugar, pues este defendía la existencia de cuatro elementos fundamentales: el fuego, el aire, el agua y la tierra, los cuales se combinaban y recombinaban formando toda nuestra realidad. Dichas combinaciones eran regidas por dos fuerzas esenciales, el Amor o Unión y el Odio o Separación, muy influyente en las teorías psicoanalíticas de Sigmund Freud en el campo de las pulsiones inconscientes, la cuales son el Eros o Unión, y el Thanatos o Separación, extrapolado claramente al ámbito sexual. Por otra parte, podemos incluir en dicho grupo al filósofo Anaxágoras, el cual negaba la teoría de los cuatro elementos de Empédocles, ya que este dictaba que el universo no estaba compuesto por cuatro elementos, sino por tantos elementos primordiales como tipos de cosas haya.

Pero no podemos olvidar al importantísimo Demócrito, el cual estableció que todo el universo está compuesto por pequeños e invisibles cuerpos irreducibles, los átomos, los cuales interactuaban con el Vacío, siendo estas interactuaciones la base de todo movimiento perceptible. La brillantez de Demócrito es asombrosa, pues, aparte de influir enormemente en al filósofo Epicuro, predijo la existencia de los átomos muchísimo antes de los grandes científicos como Lavoisier, Einstein, o Planck. Es sin lugar a duda, tal y como reconoció Marx en algunos de sus escritos, todo un genio sin precedentes y el padre (junto con Epicuro y Leucipo) de la concepción materialista de la realidad. 




jueves, 18 de noviembre de 2021

Carta de un Filósofo

 Todos nosotros hemos oído hablar de Platón, Descartes, Kant o Nietzsche y de su importancia en temas transcendentales como la existencia de Dios, la justificación del bien y el mal o la política. Pero, ¿Por qué estos peculiares personajes se ha preocupado tanto por estas cuestiones que pueden parecernos puramente teóricas y de ningún sentido práctico? Esto se debe a que dichos personajes eran filósofos, y eso nos lleva a la siguiente pregunta: ¿Qué es un filósofo, y qué es la filosofía realmente?

Primeramente, debemos analizar la propia palabra: Filosofía. Esta viene del griego (y el latín), donde encontramos la partícula "filo", que significa amor, y la partícula "sofía", la cual significa sabiduría, por tanto podemos determinar que la filosofía es sencillamente el amor a la sabiduría, el deseo de conocimiento y verdad. Esta definición puede darnos a entender que la filosofía es muy parecida y prácticamente igual a la ciencia, ya que ambas buscan lo mismo, el conocimiento. 

Pero esto es totalmente falso, pues la ciencia no puede explicar muchas cosos debido a la naturaleza no falsable. En mi opinión, la filosofía es como un árbol, el cual se nutre con sus raíces del suelo de la vida, y de él brotan diferentes ramas,  de las cueles son la ciencia, el arte, la literatura... Todas estas ramas generan hojas y flores, las cuales son las pequeñas, pero importantes partes del infinito puzle al que llamamos verdad, pues en definitiva, la filosofía es el árbol de la vida junto a la ciencia y la religión, (aunque muchos estén  en contra de esta última, la religión es un factor extremadamente importante en el ser humano y en su existencia llena de interrogantes y vacíos).

Y entonces, ¿Cuál es la tarea del filósofo? Sencillamente la de intentar resolver este enorme puzle, y por supuesto, descubrir a un más preguntas, pues El Verdadero Filósofo ama la sabiduría y nunca está satisfecho, aunque la verdad duela en muchos casos, él siempre la busca. ¿Y quién puede ser filósofo?, pues cualquiera, ya que el hecho de amar la sabiduría esta en la naturaleza del ser humano, sin distinciones de sexo, raza, nación o edad. 

La Filosofía y sus filosofías

Todos pensamos en la filosofía como una disciplina unitaria y puramente teórica, pero como ya hemos visto con anterioridad, la filosofía se ocupa del estudio de la verdad, la propia sabiduría, pero esta adquiere múltiples manifestaciones y matices incapaces de reunir en un solo campo, pero que a su vez se nutren entre ellos. Por tanto, se nos plantea una nueva pregunta, de qué se ocupa la filosofía y cuál es su objetivo. La filosofía, como tal, reflexiona sobre el propio entendimiento de toda la realidad, por tanto, necesita dividirse en varias ramas, que podemos determinarlas en las siguiente:

La Metafísica 

Esta rama de la filosofía es quizás la más abstracta y difícil de entender, a la vez de ser una de las más interesantes y que más interrogantes que plantea, a demás de ser la más antigua. Etimológicamente, significa más allá de la naturaleza, puesto que la partícula "meta" significa más allá y la partícula "física" hace referencia a la physis, la naturaleza. 

Esta rama se ocupa del estudio del ser, es decir, de las propiedades de todo lo que existe, independientemente de lo que sea. Dicha rama también se ocupa de temas tan transcendentales como el más allá, la existencia de Dios, la naturaleza del alma y la existencia del bien y el mal. Tal es la importancia de la metafísica, que muchísimos pensadores del renombre de Kant, Nietzsche o Russell la han criticado profundamente por su tendencia al estudio de objetos y cuestiones teóricas de una aparente vacuidad, pero sin existo, pues la propia metafísica ha perdurado y evolucionado hasta nuestros días, viéndose presente en aspectos como la religión, la psicología o incluso el arte. Muchos han sido los que han intentado acabar con la metafísica, sin embargo, esta ha podido sobrevivir en lo mas profundo de los seres humanos. Tal y como afirmaba Heidegger, el hombre es un ser metafísico.

La Lógica 

Podemos definir a la lógica como la disciplina filosófica que se ocupa de los razonamientos expresados lingüísticamente, estudiando su forma y su corrección, y estableciendo cuándo un razonamiento está bien construido y podemos por tanto, asegurar su validez. Por tanto, podemos decir que la lógica se define como la disciplina filosófica que estudia la corrección o validez de los razonamientos. Aunque la lógica no estudia la propia naturaleza, sus elementos de estudio están presentes en nuestras vidas, pues se da muchas ocasiones en las que hacemos un razonamiento en una determinada situación y no estamos muy seguros de su validez, ya que según la lógica, el lenguaje está plagado de paradojas, contradicciones y falacias, la cuales solo entorpecen nuestro entendimiento racional de la realidad. Pues la tarea de la lógica es la de velar y guardar nuestros razonamientos de estos peligros que descomponen nuestro lenguaje, ya sea por la deducción o la intuición.

La Epistemología 

La epistemología es la rama de la filosofía que estudia el conocimiento y las diferentes cuestiones que surgen de él: ¿Qué es el conocimiento? ¿Qué limites tiene, qué puedo conocer?, y su relación con el conocimiento científico. Esta rama tiene una gran importancia, pues es el esqueleto epistemológico de la propia ciencia, haciendo especial interés en las ciencias naturales y la concepción de una posible dimensión básica de la realidad. La epistemología es la base de nuestra civilización, es la cuna de toda ciencia, ya que todo conocimiento racional debe ser objetivamente verdadero, por tanto, antes de verificarlo, debe haber sido revisado y comprobado minuciosamente, suponiendo la base del conocimiento científico por excelencia. 

A su vez, esta trabaja conjuntamente con otras ramas como la metafísica o la ética, pues el conocimiento científico no puede resolver numerosas preguntas y algunos de sus planteamientos generan cuestiones éticas para la naturaleza o el propio ser humano. Por tanto, se generan ramas híbridas como la ontoepistemología, que es el estudio de la posición del ser humano respecto al conocimiento. A su vez, dicha rama trabaja con la propia lógica, pues muchas cuestiones y fenómenos como la adquisición del conocimiento o el mismo almacenamiento y transmisión de este se basan puramente en el lenguaje, campo de estudio de la lógica.

Por otro lado, todo conocimiento implica cuestiones éticas para el ser humano, pues dicho conocimiento llevado a la práctica puede servir tanto para el bien (los medicamentos que salvan miles de vidas), como para el mal (la fabricación de armas de carácter casi extintivo como las cabeza nucleares o las armas biológicas). Por tanto, el conocimiento científico debe de valerse de la ética para su correcto uso y finalidad para el ser humano y la naturaleza.

La ética 

La ética  es la rama de la filosofía que se encarga del estudio de los códigos morales, el análisis de nuestras normas morales, su fundamentación, su validez, y su respectiva relación con otras disciplinas como el derecho o las ciencias. Así pues, la ética reflexiona sobre cuestiones puramente humanas como la libertad, el deber, la determinación del individuo y su responsabilidad. 

De todas la ramas de la filosofía, la ética, quizás supongas la más práctica de todas ellas, pues no solo determina como la libertad, la responsabilidad , el bien y el mal afectan al individuo, sino es la columna vertebral de la organización, la vida en sociedad y del civismo; pues esta establece diversas normas morales que suponen la base de toda las leyes y un elemento fundamental en la política. Dicho esto, podemos determinar a la ética como la humanización de todas la ciencias, ya sean naturales, formales o sociales.

La estética
 
Es la rama que se interesa por el arte y la belleza en general, siendo tan antigua como el propio hombre, pues el arte siempre ha estado presente en la existencia del ser humano, ya se en la pintura, la música o la literatura. a su vez, podemos decir que es la disciplina filosófica que estudia los problemas que pueda presentar el arte, colaborando con otras ramas como la ética, pues, ¿Qué es lo éticamente bello? Por otra parte, esta plante cuestiones como qué es la belleza, qué es lo bello y lo feo o sí la belleza absoluta puede existir. Debemos ver que la estética esta muy influenciado por la historia, pues a lo largo de ella han surgido numerosas corriente artísticas que deforman y reinterpretan el concepto de belleza. 

Mencionar que las diferentes ramas de la filosofía que hemos visto no trabajan de forma unitaria e individual, sino son interdisciplinarias y trabajan entre ellas o valiéndose de otras disciplinas científicas. Así pues, por medio de un método holístico, la filosofía intenta explicar la realidad en toda su totalidad y esplendor. 

Origen de la Filosofía 

Visto ya las diferentes ramas de la filosofía, debemos preguntarnos: ¿Cuándo y dónde surge exactamente la filosofía? Todos nosotros al reflexionar sobre esta cuestión, se nos viene a la cabeza directamente la visión de la Grecia clásica, representada por grandes personajes como Pericles, Sócrates, Platón o Aristóteles, pero esta idea es errónea, puesto que la filosofía es mucho más antigua. Al examinar muchas de las tumbas prehistóricas anteriores a la propia escritura y la civilización, los arqueólogos se han percatando por la posición no natural que presentan los restos, pues parecen estar dispuestos de tal manera como si fuese para cumplir un ritual, dejando constancia de la preocupación ante la muerte de nuestros prehistóricos antepasados. Dicha preocupación es de carácter metafísico, pues intenta explicar algo fuera de la naturaleza, es decir, dicha posición de los restos arqueológicos da indicios de un intento por responder qué hay más allá de la muerte, algo puramente filosófico. Dicho esto, podemos decir que la filosofía es tan antigua como el hombre, pero que en occidente, por comodidad, establecemos su nacimiento siglos más adelante, concretamente en el siglo VI a.C en la Antigua Grecia.

Dicha fecha es solo válida en Occidente, puesto que es bastante probable que la filosofía oriental, desafortunadamente muy rica y desconocida para nosotros los occidentales, sea aun más antigua que la griega, pues esta tiene orígenes más naturales y existenciales. Ejemplos tenemos muchos, como el budismo, doctrina filosófica predicada por el monje Siddhartha Gautama, más conocido como Buda, el cual propone una doctrina basada en el auto control y la superación del plano terrenal por medio del ascetismo y la meditación, llegando al Nirvana o Liberación final.

Por otra parte, podemos encontrar otras corrientes filosóficas de origen oriental como el confucionismo o el taoísmo. Este último es de una magnitud tremenda, debido a las grandes doctrinas que precisa tanto en temas morales como en espirituales, manejando con total precisión y elegancia la concepción de ser y no-ser, pues determina que ambos proceden del tao, explicando con su alegoría del vaso, que nos muestra como el ser se identifica con el material del vaso y el no-ser con el vacío que contiene los líquidos que se viertan, dejando claro que los seres humanos trabajamos con el ser, pero utilizamos el no-ser, viendo al tao como origen de ambos y guía moral del individuo. El confucionismo se centra en el ámbito educacional, llegando a dictar que solo los que tengan una educación correcta, son aptos para gobernar a los no educados, doctrina que influyo profundamente en la Vieja China Imperial.

Por otra parte, tenemos a Japón, con una cultura e historia riquísimas llenas de grandes batallas y hazañas, pero sobre todo, de grandes formas de pensar, destacando el código de honor de uno de los más famosos guerreros de todos los tiempos, los samuráis. Los samuráis en un principio eran guerreros de élite al servicio de un Señor de la Guerra durante el Japón feudal. Debido a su posición y dedicación a la guerra, estos debían cumplir un código de honor que tenía implicaciones éticas y morales. Este código es extremadamente estricto y particular, debido a que debía entregarse por completo a la lealtad y el honor hasta la muerte. Si un samurái fallaba en mantener dicho código, este caía en la vergüenza y solo podía recuperar su honor practicando el seppukui (suicidio ritual).

A su vez podemos encontrar más filosofía antigua en Oriente medio, como la egipcio o la tradición judía, pero cabe destacar la importancia de la filosofía y religión zoroastriana, surgida de las enseñas del profeta Zoroastro o Zaratustra, el cual se piensa que es el precursor de las religiones monoteístas, ya que dicho profeta dicta la existencia de un ser perfecto y divino único, el cual se identifica con el fuego, además de defender la igualdad de todos los seres humanos, el respeto por todas las formas de vida, el ecologismo y la fidelidad ante la familia y los amigos. Tal es su influencia, que en la actualidad aun tiene cientos de seguidores esparcidos por todo el mundo.

Por último, para ver la gran universalidad de la filosofía, podemos irnos más lejos, tanto a tribus africanas, tribus guerreras del norte de Europa y Siberia, como a los indígenas americanos, los cuales arrastran una cultura milenaria y ancestral, que tiene connotaciones filosóficas importantes aunque sean muy primitivas para nosotros. Estos tipos de comunidades suelen mantener una creencias en la naturaleza, representada por medio de dioses naturales como la lluvia, el sol, la luna o la tierra, donde hacen especial atención en la relación que debe tener el individuo con esta para su vida terrenal y para su vida después de la muerte. Tal es la importancia de la naturaleza de estos, que algunos filósofos muy posteriores comparten algunos aspectos con estos grupos, como el panteísmo de Spinoza, o la teoría del buen salvaje de Rousseau expuesta en su Contrato Social.

Para finalizar, dejar claro que la filosofía es tan antigua como el hombre y no hay una fecha ni lugar exacto para determinar su nacimiento, pues el hombre desde los albores del tiempo, siempre ha tenido interrogantes a muchas preguntas que ha intentado responder, y para ello a empleado la filosofía, pues esta es el amor a la sabiduría que tiene el hombre desde siempre...

viernes, 5 de noviembre de 2021

Derecha e Izquierda: una introducción

Introducción

El filósofo y padre de la cultura occidental Aristóteles (383-322 a.C) fue uno de los primeros en desarrollar una teoría política acerca de cómo gobernar y los tipos de gobernantes en función de su actitud ante la política, tal y como expone en su clásico libro Política. Según Aristóteles, los tipos de gobiernos y de gobernantes se dividen en una primera instancia entre aquellos que gobiernan según las leyes (monarquía, aristocracia y democracia) y los que gobiernan sin ninguna ley (tiranía, oligarquía y demagogia). Es así que Aristóteles divide los tipos de gobierno entre aquellos que respectan el orden de las leyes y lo que no lo hacen, asentando las bases de la distinción entre gobiernos moderados y gobiernos radicales que ha determinado toda la historia de la política occidental hasta nuestros días (H. Sabine,1995).

Con la Política de Aristóteles, la cual pretende criticar la teoría política de su maestro, Platón (427-347 a.C), se inicia toda una tradición milenaria acerca de cómo clasificar a los gobernantes en función de sus acciones e ideas acerca del gobierno del Estado, destacando la obra de autores antiguos como Cicerón (106-43 a.C) o Séneca (4 a.C-65), medievales como Agustín de Hipona (354-430), Averroes (1126-1198), Tomás de Aquino (1225-1274) o Guillermo de Ockham (1285-1374); como autores modernos, tales como Hobbes (1588-1679) , Locke(1632-1704), Spinoza (1632-1677) o Kant (1677) entre otros (H. Sabine, 1995).

Sin embargo, la actual clasificación de las ideas políticas se inicia con la Revolución Francesa (1789-1799), cuando los revolucionarios, tras derrocar al absolutismo monárquico, se dividen en el congreso de izquierda a derecha, siendo aquellos que se sentaban en el lado izquierdo los revolucionarios más radicales y partidarios de una república centralista, los llamados jacobinos, mientras que los que se posicionaban a la derecha, los girondinos, eran partidarios de una monarquía constitucional y de políticas sociales y económicas mucho más moderadas (Davies, 2017).

Desde este punto, y con la muerte de Hegel (1770-1831) se inicia el estudio de los tipos de ideologías y su posterior clasificación, proyecto que se desarrolla hasta nuestros días (H. Sabine, 1995). Con el auge de la democracia liberal, la derrota del fascismo y el derrumbamiento del comunismo real (Fukuyama, 2019), la división ortodoxa de los movimientos políticos se basa principalmente en la obra de Norberto Bobbio (1909-2004), el cual, en su clásico ensayo Derecha e Izquierda (1995), desarrolla un clasificación sencilla y práctica de los movimientos políticos en función de dos parámetros, derecha-izquierda, y moderado-extremista. Esta clasificación se desarrolla de la siguiente manera (Bobbio, 1995).

Parámetro: Derecha e Izquierda

El primer criterio que utiliza Bobbio para clasificar los movimientos políticos es la ya clásica distinción entre derecha e izquierda. Para Bobbio y otros autores (Almagro, 2011), la distinción entre derecha e izquierda radica en el concepto de igualdad. La igualdad, tanto a nivel económico y como social, lo cual se traduce en la redistribución de la riqueza y la conquista de derechos sociales tales como igualdad de género o libertad sexual.

Es así que la derecha estaría conformada por todos aquellos movimientos y corrientes que fomentan cierto nivel de desigualdad entra las diferentes clases sociales, anteponiendo la libertad económica y los valores tradicionales. A su vez, la izquierda sería todas aquellas corrientes y movimientos políticos que abogan por la redistribución de la riqueza, la administración estatal de varios sectores estratégicos de interés común como la sanidad o la educación, y la conquista de derechos sociales (Bobbio, 1995). Por tanto, las diferentes corrientes de derechas e izquierdas son el resultado de la graduación de la defensa de la libertad/igualdad que hagan estas corrientes, pudiendo esquematizarse: Derecha conservadora (libertad económica/defensa de la tradición), derecha liberal (libertad económica/derechos sociales), izquierda liberal (tibia redistribución económica/derechos sociales) e izquierda socialista (igualdad económica/derecho social) (Bobbio, 1995) (Almagro, 2011).

Parámetro: Moderados y Extremistas

El otro criterio que utiliza Bobbio para clasificar los movimientos políticos es la distinción entre moderado-extremista, algo que comparte con la clasificación del politólogo David Nolan (1943-2010), más concretamente en su eje autoritarismo (Almagro, 2011). Esta distinción descansa en el concepto de la violencia y en su utilización como instrumento político, algo que ya desarrollaron pensadores de la talla de Walter Benjamín (1892-1940) o Hannah Arendt (1906-1945) entre otros (H. Sabine, 1995).

Volviendo a la clasificación política, Bobbio distingue entre movimientos moderados, aquellos que respetan las normas democráticas y el estado de derecho, además de poder discutir y comunicarse con otras formas políticas y entablar acuerdos; y por otro lado los movimientos extremistas, aquellos que no respetan las normas democráticas y atentan contra el estado de derecho, cuestionando la legalidad y justificando el uso de la violencia para logar fines políticos, además de no entablar conversación ninguna entre otras formaciones políticas (Bobbio, 1995).

Clasificación ortodoxa de los movimientos políticos

Al combinar los anteriores dos criterios, Bobbio obtiene una clasificación sencilla y muy práctica de los diferentes movimientos políticos, la cual sigue siendo utilizada por numerosos politólogos y analistas políticos (Almagro, 2011). Dicha clasificación quedaría determinada de la siguiente manera:

-Extrema derecha: todos aquellos movimientos políticos que fomente la desigualdad económica y social, además de justificar el uso de la violencia y mostrar un notable deprecio hacia los oponentes políticos y hacia las instituciones democráticas, como puede ser el fascismo, el nacionalsocialismo o la extrema derecha populista actual encarnada en partidos como VOX, Frente Nacional o Rusia Unida (Ancona, 2019).

-Derecha democrática: aquellos movimientos políticos que fomenten cierto grado de desigualdad económica y social, pero que respeten las dinámicas democráticas, estén abiertos al diálogo transversal y rechacen la violencia como instrumento político, como es el caso de partidos como el Partido Popular, la Unión Demócrata Cristiana Alemana o La República en Marcha (Almagro, 2011).

-Izquierda democrática: todas aquellas formaciones políticas que fomenten la igualdad económica y la conquista de derechos sociales, pero que rechace métodos violentos como insurrecciones y respete el imperio de la ley y el Estado de Derecho, tales como el PSOE, El Partido Socialdemócrata Alemán o el Partido Socialista Francés (Almagro, 2011).

-Extrema izquierda: aquellas formaciones políticas que aboguen por la igualdad económica, la redistribución de la economía y la conquista de derechos sociales por medio del uso de la violencia y el deprecio de las instituciones legales y democráticas, como es el caso de casi todos los Partidos Comunistas, los partidos de la nueva izquierda como Unidas Podemos, Movimiento Cinco Estrellas o asociaciones anarquistas como la CNT (Ancona,2019).

Es así como la clasificación de Bobbio se corresponde en gran medida con la realidad tal y como afirman muchos analistas (Almagro, 2011), distinguiendo entre movimientos democráticos y extremistas, a su vez que diferencia entre ideologías más igualitarias o menos igualitarias (izquierda-derecha). Sin embargo, este paradigma ha sido atacado por diferentes escuelas de pensamiento político por ser reduccionista (Bueno, 2003), basadas en criterios económicos excluyentes propios de la tradición marxista (Varoufakis, 2015), o por estar fundamentado en concepciones culturales propias de tradición occidental (Dugin, 2013). Es así que estas escuelas de pensamiento han elaborado multitud de sistemas de clasificación políticas que, a pesar de tener puntos interesantes y de provecho, no han podido cosechar los mismos éxitos que el paradigma ortodoxo (Bobbio, 1995). 

El modelo clásico como parámetro válido

Debido a la insuficiencia de los modelos heterodoxos de clasificación política, los especialistas en este campo siguen afirmando la validez del modelo Derecha-Izquierda clásico (Bobbio, 1995), reestructurando sus contenidos teóricos y expandiendo su alcance explicativo para poder clasificar y explicar los movimientos emergentes. Este es el caso de los nuevos partidos verdes, los cuales durante un tiempo se han promocionaron como inclasificables por el modelo clásico (Bobbio, 1995). Sin embargo, el propio Bobbio, en su ensayo Derecha e Izquierda (1995), afirma que estos movimientos, lejos de ser una anomalía para el modelo clásico, siguen las mismas dinámicas que el modelo describe, solo que expandiendo dicho modelo al campo de la ecología y las políticas ambientales (Bobbio, 1995).

Mostrada la coherencia del modelo clásico, muchos autores e investigadores se propusieron expandir su alcance a otros campos humanos altamente relacionados con la política, como el feminismo o los derechos LGTBI (Bobbio, 1995). De este afán por expandir el potencial teórico del modelo, se generó la tradición de la psicología política, la cual pretende descubrir los rasgos psicológicos que influyen en los individuos a la hora de adscribirse a una ideología política concreta, siendo el estudio de la personalidad política (Seoane, 1997) uno de los campos más interesantes y productivos de esta especialidad.



La escula Austria de economía y la pseudociencia de la praxología

 Una de las escuelas de pensamiento económica que se se ha puesto de moda entre muchos políticos, ideólogos y demás difamadores es la escuel...