jueves, 31 de diciembre de 2020

Wolf y la metafísica clásica

 Christian Wolf es uno de los filósofos más curiosos a nivel histórico, pues pasó de ser el filósofo más leído de Alemania, a ser tachado de dogmático, siendo olvidado entre la figura de su maestro Leibniz, y su mayor discípulo, Kant. El sistema wolfiano es el refinamiento y perfeccionamiento de las doctrinas de Leibniz, las cuales son integradas en un corpus teórico-práctico coherente y puramente racionalista, influenciado por las matemáticas y las ciencias experimentales de la época. 

De hecho, Wolf es el máximo exponente de la metafísica alemana prekantiana, suministrando a Kant los materiales intelectuales que le servirán para conformar su Crítica a la Razón Pura, en especial la Dialéctica Trascendental. La metafísica wolfiana, la cual hace una síntesis entre la mayor parte de las doctrinas de Leibniz, junto con algunos elementos cartesianos y spinozianos, se fundamenta en una demostración racional de los tres grandes objetos de razón (noúmenos kantianos), a saber, Dios, el Mundo y el Alma, los cuales son demostrados ontológicamente por medio de la articulación de varios principios lógicos, como puede ser el de no contradicción, o el de razón suficiente entre otros. 

Estas demostraciones son sistematizadas por su método, el cual está basado el de los matemáticos y físicos (Descartes-Spinoza). Este método puede resumirse en los siguientes puntos:

1) Han de darse definiciones precisas. 

2) No ha de aceptarse nada que no haya sido demostrado. 

3) Ha de evitarse toda subrepción en las observaciones y experimentaciones. 

4) Todo ha de conectarse de tal forma que lo antecedente encierre en sí a la razón consecuente. 

Este método será todo un éxito en las universidades alemanas, generando muchos problemas a los teólogos, pues sus alumnos, marcados por el método wolfiano, exigían demostraciones a todos los juicios teológicos. De hecho, Kant lo utilizarán para articular su filosofía trascendental, siendo que la filosofía kantiana, hasta cierto punto, es el método wolfiano contrapuesto a la metafísica wolfiana. 

Algunos conceptos de la filosofía wolfiana.  

Para Wolf, la filosofía es la ciencia que estudia todas las cosas posibles, el cómo son posibles y el para qué son posibles. A su vez, Wolf define la ciencia como la disposición del entendimiento a demostrar todo aquello que afirma por medio de fundamentos inconcusos. Según Wolf, las cosas posibles se dividen en dos tipos: las cosas posibles en el pensamiento, y las posibles realmente (existentes). Según Wolf, todo lo realmente existente es lógicamente posible, pero no todo lo lógicamente posible es posiblemente real. Por tanto, todo lo real es racional, siendo que Wolf se adelante en varios siglos a la filosófica hegeliana. No obstante, para Wolf y en contra de Hegel, no todo lo racional es real. 

Todo lo lógicamente posible parte del principio de identidad o del principio de no contradicción, siendo que A es igual a A (A=A), o de otra forma, A no puede contener nada que le sea contradictorio. Por otra parte, el principio de razón suficiente es en el que se basa toda cosa posible realmente, siendo que donde hay alguna cosa de la que se puede entender por qué es, esa cosa tiene una razón suficiente. O con otras palabras el fundamento es aquello mediante lo cual se puede comprender por qué algo es. 

Wolf intenta fundamentar el principio de razón suficiente en el de no contradicción, siendo que si algo no tiene una razón suficiente, podría tener su causa en la Nada, lo cual es contradictorio. Sin embargo, Wolf cae e una demostración circular, ya que, para que sea contradictorio que algo tenga su causa en la Nada, debe de darse por válido el principio de razón suficiente, siendo que este principio, para que sea demostrado, debe de ser válido, cosa que es absurdo, pues cae en círculo. Wolf es consciente de esto, y explica que este principio es un axioma, por tanto, un principio básico que no tiene demostración seria alguna, tal y como sucede en la Matemática. No obstante Wolf intenta demostrar este principio de forma indirecta, a saber, argumentando que es útil y nos proporciona valioso conocimiento de las cosas. 

De hecho, esto será llevado hasta su última consecuencias por Kant, siendo que este principio no es un principio que rija las cosas en sí, sino un principio que sigue las condiciones formales de nuestro entendimiento acerca de toda experiencia posible, siendo que la filosofía kantiana es una enorme transmutación de la Ontología wolfiana en Gnoseología o Epistemología, es decir, en las condiciones y formas que rigen nuestro conocimiento de la experiencia. 

Clasificación de la Metafísica 

La metafísica Alemana de Wolf se estructura de la siguiente manera:

-Metafísica Dogmática: este es aquella que estudia los entes en general, mientras que la experimental es aquella que confirma o amplía los conocimientos de la dogmática, ya que para Wolf, el conocimiento parte de la experiencia, y en última instancia, debe aplicarse a ella. 

a) Ontología. 

La ontología trata sobre aquello que es común a todos los entes por el simple hecho de ser entes, es decir, la ontología trata sobre el Ser en general. 

b) Cosmología. 

La cosmología se divide a su vez en dos campos, aquel que estudia el Mundo como totalidad, y aquel que estudia las cosas particulares que componen la totalidad, es decir, la Física. 

c) Psicología racional. 

La psicología trata sobre las almas y sus propias sensaciones, teniendo una psicología racional, que es aquello que estudia el pensamiento per sé (yo cartesiano), y por otro lado la psicología empírica, que estudia las sensaciones que tiene el alma del mundo y de sí misma.

d) Teología Natural.

Por último, la teología natural estudia la naturaleza del Ser Supremo, el cual es causa suficiente de los demás seres, y se confirmaría en la experiencia por ser causa eficiente-final (argumento físico-teológico). Por otro lado,  esta clasificación que realiza Wolf es lo que el llama la Metafísica Experimental, que se divide en Ontología experimental, Psicológica experimental y Teleología. 

Esta clasificación de la metafísica wolfiana corresponde con lo que Hegel llamaría "metafísica clásica", la cual expone, frente a la metafísica dialéctica, en su Lógica



jueves, 10 de diciembre de 2020

Una filosofía de las filosofías: Dilthey y el historicismo.

La filosofía de Dilthey recurre a la historia como fundamento de la propia filosofía, en oposición al psicologismo de Hume y Mill, a la fenomenología de Husserl. Entiende la filosofía como un producto histórico al igual que Hegel, pero no como el despliegue de la razón absoluta, sino en la vivencia humana, la cual es determinada por la psicología comprensiva, la cual no recurre a la estructura y los procesos mentales, sino a la comprensión de la vida anímica en general, oponiéndose al estructuralismo asociacionista de Wundt. A su vez, desarrolla profusamente la concepción de la filosofía como producto histórico del devenir de la vivencia humana a través del tiempo, siendo influido por el propio Comte. A su vez, se mantiene al margen del historicismo marxista, pues atiende a las estructuras económicas, sino a las creencias y conocimientos humanos dentro de cada momento histórico. Será Husserl su más tenaz rival, rechazando el historicismo frente a su filosofía de las esencias. Por otra parte, la filosofía de este pensador influirá decisivamente en Heidegger y su análisis del ser.

El origen de la filosofía

Para Dilthey la filosofía no nace de la estructura de una razón absoluta como defendía Hegel, ni de una estructura mental como afirma la psicología positivista, sino que nace de la vivencia humana misma. La vida es el despliegue de una personas en diferentes estados, en interdependencia con el mundo, algo que recuerda la ya clásica expresión de Ortega y Gasset: “yo soy yo y mi circunstancia”.

Cada estado es un suceso o acontecimiento que tiene como correlatos a la mismidad del alma y el mundo objetivo, siendo la forma de todo acontecimiento el tiempo. Cada uno de estos estados tiene tres momentos, a saber: la representación del mundo exterior o interior, el estímulo afectivo, y la volición. A su vez, el cambio de una vivencia a otra, es decir, la afluencia del tiempo es en sí misma una vivencia. La estructura de la relación de todas las vivencias adquiere un carácter estrictamente teleológica, pues cada instante de la vida es un todo, siendo la teleología la estructura unitaria y global de todas las vivencias en el fluir del tiempo.

Tomando en conjunto, la vida ofrece dos aspectos fundamentales: un proceso por el cual el alma se asienta en la representación, la estimulación y la volición. Además, como evolución, como cambio constante de carácter teleológico: teniendo tres fases: la condicionalidad evolutiva del cuerpo, la influencia del medio, y, sobre todo, la conexión con la vida de cada cual con el mundo espiritual (cultural-histórico).

Por esta última acción, la vida es fundamentalmente social e histórica, pues esta no es solamente la vida de una alma asilada, sino la vida de un alma que convive social e históricamente de la vida de las demás almas. Estos tres aspectos de la vida individual y social, a saber, representación, estimulación afectiva y volición, surgen impulsados por la estructura misma de la vida, siendo la representación concerniente al mundo objetivo, la estimulación a la capacidad de valorar y de la experimentar los valores, y de la volición o acciones volitivas surge los principios de acción, que guían al hombre en sus propios actos.

Representación: Imagen del mundo objetivo.

Estimulación: Experiencia de los valores.

Volición: Principios de acción.

Es entonces que Dilthey afirma que la filosofía nace como el impulso de organizar en una estructura teleológica estos tres aspectos de la vivencia humana, estructurados en un todo orgánico y teleológico.

El objeto de la filosofía  

La vida, como conjunto de acontecimientos estructurados de forma teleológica teniendo como base formal el tiempo, se presenta al hombre en forma de concepción del mundo, como visión general y unitaria de la propia vida con sus propios enigmas. Para Dilthey, el objeto de la filosofía es precisamente el enigma de la vida, siendo la filosofía una concepción del mundo universalmente válida, general y fundamentada en la razón, diferenciándose de la religión y el arte. Para Dilthey, la concepción religiosa del mundo se caracteriza por que el hombre y del mundo se caracteriza por que el hombre y el mundo están rodeados por lo invisible, por lo trascendental, es decir, la Divinidad es el fundamento del mundo, siendo la concepción religiosa del mundo tiene por esencia y soporte a Dios, a lo trascendente, lo suprasensible.

Por otro lado, la concepción artística del mundo no mira hacia lo trascendente o invisible, sino que se centra en una serie de momentos concretos e individuales, y los elevan al plano idea. En la concepción artística, el hombre no se evade del mundo para entregarse a lo trascendente, sino que reposa idealmente en algunos valores intrínsecos al mundo, la eternización de lo singular, tal y como afirmó Schelling: lo infinito representado en lo finito.

Sin embargo, Dilthey afirma que la filosofía como concepción del mundo es muy distinta a la religión o el arte, ya que la filosofía es la concepción del mundo de forma unitaria y teleológica fundamentada en la razón, siendo general y universal, es decir, considerar la vida en sí misma. No obstante, Dilthey distingue entre el objeto de la filosofía y su función, siendo que el primero no es el conocimiento del mundo, sino el enigma de la vida, mientras que su función es proporcionar un saber racional y universal para la vida individual histórica.

El problema de la filosofía

Para Dilthey, el problema de la filosofía no es algo abstracto concerniente a su objeto, sino que es un problema concreto, en el cual la función de la filosofía es la misma, peor el material en el que se articula es distinto dependiendo del momento temporal. Ante esto, Dilthey argumenta que no existe una filosofía, sino que hay unas filosofías determinadas, solo pudiendo concebirse la filosofía a modo general como historicidad, siendo el problema de la filosofía el choque de las tres grandes familias filosóficas según Dilthey:

-Naturalismo: materialismo antiguo y moderno, positivismo.

-Idealismo Objetivo: estoicismo, Spinoza, Leibniz, Schelling, Hegel, etc.

-Idealismo de la libertad: Platón, la filosofía helenística-romana, la especulación cristiana, Kant, Fichte, etc.

El choque de estas tres concepciones filosóficas del mundo es según Dilthey el problema filosófica de nuestra tiempo. Las diferencias entre estas concepciones filosóficas son lógica y metafísicamente irreductibles entre sí, pues todas pretenden ser objetivas. No obstante, Dilthey argumenta que si en vez, de considerar en cuanto objetivos estas concepciones filosóficas las tomamos en cuanto a su función con respecto a la vida, entendemos a estas concepciones no como sistemas dialéctico-metafísicos, sino de forma hermenéutica. Se trata de tomar la filosofía y su diversidad de contenido objetivo no como razones de objetividad, sino de entenderla desde la estructura misma de la vida. A esto Dilthey lo llama interpretación hermenéutica.

Por medio de la interpretación hermenéutica Dilthey llega al principio de esta disputa, a saber, el carácter polifacético de la propia vida, obteniendo una “filosofía de las filosofías”, es decir, la interpretación hermenéutica de las raíces históricas de cada una de las filosofías, a saber, Dilthey defiende el llamado historicismo.

De lo que se trata es de comprender cómo según los diversos facetas de la vida, y las tendencias dominantes de cada pensador o de cada época, se han alumbrado verdades objetivos distintas e irreconciliables. La existencia de una misma realidad objetiva, y dentro de ella la primacía de la realidad del espíritu es justamente el resultado de esta filosofía de la filosofía. Toda verdad y objetividad se hallan encasilladas en la vida del espíritu.

La escula Austria de economía y la pseudociencia de la praxología

 Una de las escuelas de pensamiento económica que se se ha puesto de moda entre muchos políticos, ideólogos y demás difamadores es la escuel...