viernes, 5 de noviembre de 2021

Derecha e Izquierda: una introducción

Introducción

El filósofo y padre de la cultura occidental Aristóteles (383-322 a.C) fue uno de los primeros en desarrollar una teoría política acerca de cómo gobernar y los tipos de gobernantes en función de su actitud ante la política, tal y como expone en su clásico libro Política. Según Aristóteles, los tipos de gobiernos y de gobernantes se dividen en una primera instancia entre aquellos que gobiernan según las leyes (monarquía, aristocracia y democracia) y los que gobiernan sin ninguna ley (tiranía, oligarquía y demagogia). Es así que Aristóteles divide los tipos de gobierno entre aquellos que respectan el orden de las leyes y lo que no lo hacen, asentando las bases de la distinción entre gobiernos moderados y gobiernos radicales que ha determinado toda la historia de la política occidental hasta nuestros días (H. Sabine,1995).

Con la Política de Aristóteles, la cual pretende criticar la teoría política de su maestro, Platón (427-347 a.C), se inicia toda una tradición milenaria acerca de cómo clasificar a los gobernantes en función de sus acciones e ideas acerca del gobierno del Estado, destacando la obra de autores antiguos como Cicerón (106-43 a.C) o Séneca (4 a.C-65), medievales como Agustín de Hipona (354-430), Averroes (1126-1198), Tomás de Aquino (1225-1274) o Guillermo de Ockham (1285-1374); como autores modernos, tales como Hobbes (1588-1679) , Locke(1632-1704), Spinoza (1632-1677) o Kant (1677) entre otros (H. Sabine, 1995).

Sin embargo, la actual clasificación de las ideas políticas se inicia con la Revolución Francesa (1789-1799), cuando los revolucionarios, tras derrocar al absolutismo monárquico, se dividen en el congreso de izquierda a derecha, siendo aquellos que se sentaban en el lado izquierdo los revolucionarios más radicales y partidarios de una república centralista, los llamados jacobinos, mientras que los que se posicionaban a la derecha, los girondinos, eran partidarios de una monarquía constitucional y de políticas sociales y económicas mucho más moderadas (Davies, 2017).

Desde este punto, y con la muerte de Hegel (1770-1831) se inicia el estudio de los tipos de ideologías y su posterior clasificación, proyecto que se desarrolla hasta nuestros días (H. Sabine, 1995). Con el auge de la democracia liberal, la derrota del fascismo y el derrumbamiento del comunismo real (Fukuyama, 2019), la división ortodoxa de los movimientos políticos se basa principalmente en la obra de Norberto Bobbio (1909-2004), el cual, en su clásico ensayo Derecha e Izquierda (1995), desarrolla un clasificación sencilla y práctica de los movimientos políticos en función de dos parámetros, derecha-izquierda, y moderado-extremista. Esta clasificación se desarrolla de la siguiente manera (Bobbio, 1995).

Parámetro: Derecha e Izquierda

El primer criterio que utiliza Bobbio para clasificar los movimientos políticos es la ya clásica distinción entre derecha e izquierda. Para Bobbio y otros autores (Almagro, 2011), la distinción entre derecha e izquierda radica en el concepto de igualdad. La igualdad, tanto a nivel económico y como social, lo cual se traduce en la redistribución de la riqueza y la conquista de derechos sociales tales como igualdad de género o libertad sexual.

Es así que la derecha estaría conformada por todos aquellos movimientos y corrientes que fomentan cierto nivel de desigualdad entra las diferentes clases sociales, anteponiendo la libertad económica y los valores tradicionales. A su vez, la izquierda sería todas aquellas corrientes y movimientos políticos que abogan por la redistribución de la riqueza, la administración estatal de varios sectores estratégicos de interés común como la sanidad o la educación, y la conquista de derechos sociales (Bobbio, 1995). Por tanto, las diferentes corrientes de derechas e izquierdas son el resultado de la graduación de la defensa de la libertad/igualdad que hagan estas corrientes, pudiendo esquematizarse: Derecha conservadora (libertad económica/defensa de la tradición), derecha liberal (libertad económica/derechos sociales), izquierda liberal (tibia redistribución económica/derechos sociales) e izquierda socialista (igualdad económica/derecho social) (Bobbio, 1995) (Almagro, 2011).

Parámetro: Moderados y Extremistas

El otro criterio que utiliza Bobbio para clasificar los movimientos políticos es la distinción entre moderado-extremista, algo que comparte con la clasificación del politólogo David Nolan (1943-2010), más concretamente en su eje autoritarismo (Almagro, 2011). Esta distinción descansa en el concepto de la violencia y en su utilización como instrumento político, algo que ya desarrollaron pensadores de la talla de Walter Benjamín (1892-1940) o Hannah Arendt (1906-1945) entre otros (H. Sabine, 1995).

Volviendo a la clasificación política, Bobbio distingue entre movimientos moderados, aquellos que respetan las normas democráticas y el estado de derecho, además de poder discutir y comunicarse con otras formas políticas y entablar acuerdos; y por otro lado los movimientos extremistas, aquellos que no respetan las normas democráticas y atentan contra el estado de derecho, cuestionando la legalidad y justificando el uso de la violencia para logar fines políticos, además de no entablar conversación ninguna entre otras formaciones políticas (Bobbio, 1995).

Clasificación ortodoxa de los movimientos políticos

Al combinar los anteriores dos criterios, Bobbio obtiene una clasificación sencilla y muy práctica de los diferentes movimientos políticos, la cual sigue siendo utilizada por numerosos politólogos y analistas políticos (Almagro, 2011). Dicha clasificación quedaría determinada de la siguiente manera:

-Extrema derecha: todos aquellos movimientos políticos que fomente la desigualdad económica y social, además de justificar el uso de la violencia y mostrar un notable deprecio hacia los oponentes políticos y hacia las instituciones democráticas, como puede ser el fascismo, el nacionalsocialismo o la extrema derecha populista actual encarnada en partidos como VOX, Frente Nacional o Rusia Unida (Ancona, 2019).

-Derecha democrática: aquellos movimientos políticos que fomenten cierto grado de desigualdad económica y social, pero que respeten las dinámicas democráticas, estén abiertos al diálogo transversal y rechacen la violencia como instrumento político, como es el caso de partidos como el Partido Popular, la Unión Demócrata Cristiana Alemana o La República en Marcha (Almagro, 2011).

-Izquierda democrática: todas aquellas formaciones políticas que fomenten la igualdad económica y la conquista de derechos sociales, pero que rechace métodos violentos como insurrecciones y respete el imperio de la ley y el Estado de Derecho, tales como el PSOE, El Partido Socialdemócrata Alemán o el Partido Socialista Francés (Almagro, 2011).

-Extrema izquierda: aquellas formaciones políticas que aboguen por la igualdad económica, la redistribución de la economía y la conquista de derechos sociales por medio del uso de la violencia y el deprecio de las instituciones legales y democráticas, como es el caso de casi todos los Partidos Comunistas, los partidos de la nueva izquierda como Unidas Podemos, Movimiento Cinco Estrellas o asociaciones anarquistas como la CNT (Ancona,2019).

Es así como la clasificación de Bobbio se corresponde en gran medida con la realidad tal y como afirman muchos analistas (Almagro, 2011), distinguiendo entre movimientos democráticos y extremistas, a su vez que diferencia entre ideologías más igualitarias o menos igualitarias (izquierda-derecha). Sin embargo, este paradigma ha sido atacado por diferentes escuelas de pensamiento político por ser reduccionista (Bueno, 2003), basadas en criterios económicos excluyentes propios de la tradición marxista (Varoufakis, 2015), o por estar fundamentado en concepciones culturales propias de tradición occidental (Dugin, 2013). Es así que estas escuelas de pensamiento han elaborado multitud de sistemas de clasificación políticas que, a pesar de tener puntos interesantes y de provecho, no han podido cosechar los mismos éxitos que el paradigma ortodoxo (Bobbio, 1995). 

El modelo clásico como parámetro válido

Debido a la insuficiencia de los modelos heterodoxos de clasificación política, los especialistas en este campo siguen afirmando la validez del modelo Derecha-Izquierda clásico (Bobbio, 1995), reestructurando sus contenidos teóricos y expandiendo su alcance explicativo para poder clasificar y explicar los movimientos emergentes. Este es el caso de los nuevos partidos verdes, los cuales durante un tiempo se han promocionaron como inclasificables por el modelo clásico (Bobbio, 1995). Sin embargo, el propio Bobbio, en su ensayo Derecha e Izquierda (1995), afirma que estos movimientos, lejos de ser una anomalía para el modelo clásico, siguen las mismas dinámicas que el modelo describe, solo que expandiendo dicho modelo al campo de la ecología y las políticas ambientales (Bobbio, 1995).

Mostrada la coherencia del modelo clásico, muchos autores e investigadores se propusieron expandir su alcance a otros campos humanos altamente relacionados con la política, como el feminismo o los derechos LGTBI (Bobbio, 1995). De este afán por expandir el potencial teórico del modelo, se generó la tradición de la psicología política, la cual pretende descubrir los rasgos psicológicos que influyen en los individuos a la hora de adscribirse a una ideología política concreta, siendo el estudio de la personalidad política (Seoane, 1997) uno de los campos más interesantes y productivos de esta especialidad.



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