miércoles, 23 de marzo de 2022

La fenomenología trascendental de Husserl

 La fenomenología, tal y como expresa Manuel Cruz en su libro Filosofía Contemporánea (2010), es una de las grandes corrientes actuales que capitanea la filosofía contemporánea. Filósofos y pensadores tan dispares como Heidegger, Ortega y Gasset, Sastre, Gadamer, Foucault, o Derrida suelen ser alojados en esta gran corriente, siendo la fenomenología, en particular su derivado la hermenéutica filosófica, muy popular entre los grandes académicos de la filosofía continental actualmente. Sin embargo, la fenomenología encuentra su origen en la obra del filósofo y matemático alemán Edmund Husserl (1859-1938), la cual denominó fenomenología trascendental. La obra intelectual de Husserl, la cual es harto difícil y obtusa de entender, tiene como objetivo fundamentar una nueva concepción filosófica del conocimiento, lo que el propio Husserl llamaba una ciencia de las esencias. 

Como matemático, Husserl pretendía criticar y refutar la concepción psicologicista de las matemáticas y la lógica, representadas por las teorías de Locke, Hume y Mill. Para estos últimos, las matemáticas y la lógica no son más que abstracciones e ideas que forma la menta de las experiencias sensibles con el objeto de facilitar y refinar el conocimiento. Husserl, al igual que Frege, no acepta esta concepción mentalista de las entidades formales, ya que esta lleva al relativismo y al escepticismo epistemológica, el cual a su vez corroe a la moral y a la ética. Husserl reconoce “una cierta validez general” a las ciencias de su tiempo: la física, la química, la biología y otras más. Pero la reducción positivista de la idea de ciencia a mera ciencia de hechos le parece un grave error, ya que los hechos solo determinan el aspecto empírico de la realidad, además de que la concepción de estos esta sujeta a lo que Husserl denominaba juicios de valor, los cuales contaminan al propio conocimiento. 

Influenciado por las reflexiones de su maestro Fran Brentano (1838-1917), Husserl, en su obra fundamental Investigaciones lógicas (1900-1901), intenta construir una ciencia de las esencias, la cual trata de desnudar las entidades y vivencias dadas a la conciencia hasta alcanzar su misma esencia.  La fenomenología es entendida por Husserl como la ciencia que estudia las estructuras esenciales de las vivencias y los objetos intencionales, así como relaciones esenciales entre tipos de vivencias y de objetos intencionales. Este autor entiende que la intencionalidad es la propiedad que presenta las vivencias al estar referidas a algo. Por otro lado, el propósito de la fenomenología consiste en la dilucidación epistemológica de la lógica pura, la cual contiene ta la matemática, a partir del cumplimiento de las vivencias intencionales de las objetividades lógicas. Esto último aproxima Husserl a las investigaciones de Gottlob Frege (1848-1925). Ambos autores defienden el logicismo, el cual es la hipótesis de que la matemática es reducible a la lógica, algo que ya las reflexiones y trabajos de Kurt Gödel (1906-1978) vería como imposible. 

Sin embargo, esta fenomenología trascendental que Husserl propone necesita de un método bien construido y concebido, el cual es presentado por Husserl en la obra ya antes citada. El primer paso de lo que es la variación eidética. Esta consiste en comparar varios objetos intencionales para destacar una esencia común, estudiarla en tanto que mera posibilidad. El segundo paso del proceso metódico es la apelación una mereología, o teoría de los todos y las partes, a partir de la cual se ha de distinguir entre partes independientes y partes no independientes de las esencias de los objetos intencionales. Con esto es posible describir las relaciones entre estas partes en términos de fundamentación trascendental. Por último, el método dispone de otro paso, el cumplimiento de las vivencias intencionales. Este método puede parecer confuso, pero debe de profundizarse un poco más en él para poder esclarecer en que consiste dicho método. Husserl, de forma poco clara y convincente, habla sobre dos grandes procesos epistemológicos, la epojé y la reducción. 

El concepto de epojé se redefine de una manera más radical, como un cambio fundamental de actitud no solo respecto al conocimiento y a las teorías ya existentes, (lo que se aparenta a la suspensión del juicio) sino también frente a la realidad misma, cambio de actitud que Husserl describe con las imágenes de "poner entre paréntesis", de «desconexión» de la cotidianeidad. Esta sería un presupuesto del método para llegar a lo que Husserl denomina reducción fenomenológica. En pocas palabras, la epojé es aislar sólo que depende del sujeto y que se muestra como elemento de la propia percepción. 

Por otro lado, la reducción es dejar a un lado la realidad objetiva extramental de los objetos dados en la conciencia, y solo atender al fenómeno que es dado en la conciencia, entendiendo a esta última como el horizonte epistemológico en el que surgen el fenómeno. El resultado de la epojé y la reducción es, según Husserl, la obtención de las vivencias y los objetos intencionales en la pura conciencia, en lo que ya no se percibe algo que es rojo, sino que se muestra la esencia de lo rojo en la pura conciencia. El mundo como contexto, según Husserl, es siempre algo implícito. Para poder explicitar el sentido de esto, es necesario primero dejar de suponerlo como fundamento de la experiencia y recuperarlo como término objetivo al que ésta se refiere. Esto es lo que pretende la reducción trascendental propuesta por Husserl. 

 Aplicado a las matemáticas, Husserl llega a las conclusiones de que los números naturales solo se predica de conjuntos de objetos, siendo relativos, ya que se predican en función de la variación de los conjuntos de objetos. Por otra parte, los números no son captados simultáneamente, sino que siguen una serie temporal, algo que lleva a Husserl a decir que estos son irrepetibles, pues cada uno guarda su propia identidad. 

A pesar de la popularidad de la fenomenología, las teorías de Husserl no están falta de críticas. La ciencia de las esencias de la que habla Husserl, es decir, la captación de la realidad desnuda de la conciencia y de los objetos y vivencias intencionales que la habitan, es imposible, pues por más imparcial y “objetiva” que sea nuestra percepción o conciencia, esta está mediada por los conceptos y categorías que caracterizan al entendimiento. Pensadores como Max Weber (1864-1920) o Karl Popper (1902-1994) argumentaban que toda observación o especulación está determinada por un aparato conceptual previo, el cual determina la estructura y la forma de las observaciones y teorías que construyen científicos y filósofos. Además, Husserl pretende fundamentar una ciencia objetiva sobre conceptos y términos tan problemáticos como “objeto”, “intención”, “vivencias” o “conciencia”. Estos son demasiados problemáticos y vacíos como para fundar una ciencia objetiva como pretende Husserl. El concepto de fenómeno también presenta este problema, pues, tal y como expone Schopenhauer, los fenómenos son así mismos construcciones intelectuales, debido a que están sujetos a una serie de categorías previas a toda observación empírica. 

Por otra parte, Husserl no realiza una verdadera fundamentación ontológica de su sistema, de hecho, el propio Husserl reniega de la ontología, ya que entiende que su ciencia de las esencias solo atiende hacia los fenómenos intencionales (objetos y vivencias) y las relaciones que establecen estas en el horizonte de la conciencia trascendental, pero no atiende a la realidad ontología que sostienen a estos fenómenos y la conciencia en sí. Es por ello por lo que Husserl cae en un “idealismo lógico”, algo que el propio Frege criticará, pues este último entiende que todo sistema de sentido y referencia subyace una realidad ontológica a la que hace propiamente referencia. 

La fenomenología trascendental de Husserl pretende fundamentar, contra el psicologismo, de forma estricta la lógica pura (y con ello las matemáticas), pero lo hace sobre el vacío, pues no expone con claridad alguna la relación entre la realidad fenoménica y la ontológica, algo que varios de sus discípulos como Heidegger criticarán encarecidamente, intentando fundamentar una nueva ontología influido por la fenomenología que fundó el propio Husserl.  


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